Este viernes 23 de mayo, Myriam Hernández, reconocida como la «Baladista de América», llevó a cabo un concierto memorable en el Estadio Nacional de Chile, marcando un hito en la música chilena. Este evento no solo conmemoró sus 35 años de carrera, sino que también destacó su impacto en el panorama musical del país.
La presentación se caracterizó por la utilización de tres escenarios distintos y la participación de varios artistas invitados, lo que enriqueció la experiencia del público. Además, Hernández aprovechó la ocasión para rendir homenaje a la fuerza femenina en la música, reafirmando su legado como una de las voces más emblemáticas de Chile.
El show, parte de su gira “Tauro World Tour 2025”, comenzó con un despliegue de luces y el símbolo del toro, alusivo a su signo zodiacal. Vestida con un elegante vestido largo y un chaquetón de cola, Hernández abrió el concierto con “El hombre que yo amo”, desatando la euforia de un público mayoritariamente femenino.
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A pesar del frío otoñal, la atmósfera se mantuvo cálida, y se sentía romance y nostalgia en el aire, con ritmos de Luis Miguel resonando desde un karaoke previo al evento.
Foto: Pedro Rodríguez
El montaje del concierto fue un espectáculo en sí mismo. Con tres escenarios ubicados en el arco norte, la galería sur y el círculo central, Hernández transformó el Estadio Nacional en un espacio dinámico y emocionante. Las pantallas LED de 700 metros proyectaron visuales impactantes, complementando temas emblemáticos como “Deseo” y “Eres”.
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No obstante, algunos claros en la galería sur y la tribuna bajo marquesina evidenciaron una asistencia menor a la esperada. El inicio se retrasó 13 minutos debido a la llegada tardía de una parte del público, que no estaba tan acostumbrada a eventos masivos.
Acompañada por una talentosa banda, que incluyó al tecladista Valito Trujillo y un cuarteto de cuerdas, Myriam mantuvo su profesionalismo durante todo el show. Su dedicación a la preparación vocal, que incluye clases de canto, se reflejó en interpretaciones como “Si yo me vuelvo a enamorar”, dedicada a su madre. Además, lanzó un medley de canciones menos frecuentes, como “Sentimental” y “Me vas a querer”, que ya habían sido solicitadas por sus fans en redes sociales.
Invitados de lujo
El concierto brilló aún más con la participación de artistas invitados. Flor de Rap fue la primera en subir al escenario, interpretando con fuerza “Quien cuidará de mí” y “Ya no me rendiré”. Denise Rosenthal aportó frescura con “Toda la vida fue igual” y “Agua Segura”, mientras que el “caballero de la salsa”, Gilberto Santa Rosa, emocionó al público con “No pensé enamorarme otra vez” y su clásico “Que alguien me diga”, recibiendo una ovación ensordecedora.
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La aparición de Álvaro Henríquez, líder de Los Tres, culminó en una interpretación conjunta de “Un hombre secreto” y “Quizás con quién”, un episodio que celebró años de amistad y colaboración. La química entre ambos fue palpable, culminando en un emotivo baile. Otros artistas como Francisca Valenzuela y Javiera Mena también aportaron su talento al espectáculo.
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Uno de los aspectos más memorables fue el estreno de una canción inédita con un coro que repetía “Soy mujer”, un himno empoderador con percusiones y guitarra eléctrica que reflejó la versatilidad de la baladista. En un segmento acústico, la anfitriona interpretó “No hace falta más que dos” y “Se me fue”, creando un ambiente íntimo que resonó emocionalmente con el público.
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El espectáculo también incluyó un interludio de danza de Power Peralta, que agregó una dosis vibrante a la actuación. El cierre colectivo de “La fuerza del amor” reunió a varias artistas en un mensaje de unidad que resonó profundamente entre los asistentes. Myriam cerró el concierto lanzando rosas blancas al público, agradeciendo con emoción: “Amor por siempre, gracias”.
Un legado histórico y un símbolo de empoderamiento
El concierto de Myriam Hernández no solo fue un evento musical de alto nivel; significó un momento trascendental en la historia de la música chilena. Hasta esa fecha, solo bandas como Los Prisioneros y Los Bunkers habían logrado llenar el Estadio Nacional en solitario. El logro de Hernández abriendo un camino para las solistas femeninas reconfigura el panorama musical chileno.
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Su trayectoria ha sido reconocida con numerosos galardones, como la Gaviota de Platino en el Festival de Viña del Mar 2025 y el Grammy Latino a la Excelencia Musical. Estos premios son testimonio de su profundo impacto en la cultura musical del país.
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El concierto de Myriam transcendió lo puramente musical y adquierió una dimensión política y cultural en el Chile contemporáneo. Como la primera mujer chilena en realizar un concierto en solitario en el Estadio Nacional, Hernández se convierte en un símbolo de empoderamiento en un país donde la representación femenina en espacios de poder sigue siendo un desafío.
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Su mensaje de unidad durante el evento, en un contexto de polarización política y social, reafirma su rol como una figura capaz de conectar generaciones. Según un análisis de El Mercurio del 25 de mayo de 2025, el concierto refleja el potencial que tiene la música como herramienta para sanar divisiones sociales, especialmente en un país que aún lidia con las secuelas del estallido social de 2019.
La presencia de artistas emergentes como Flor de Rap y Denise Rosenthal muestra la capacidad de Hernández para actuar como un puente entre lo tradicional y lo contemporáneo, una necesidad en un país en constante transformación. Además, el uso del Estadio Nacional, un espacio cargado de simbolismo por su historia durante la dictadura, se presenta como un acto de resignificación cultural.
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Fuente: The Times en Español