En el marco del Congreso Maizar 2025, el presidente de YPF, Horacio Marín, delineó los principales ejes de la transformación que impulsa la compañía desde su llegada a la gestión. Según expuso durante su intervención, la petrolera estatal proyecta convertirse en una empresa “100% shale”, con foco exclusivo en Vaca Muerta, una meta que forma parte del plan denominado “4×4”, cuyo objetivo es cuadruplicar el valor de la empresa en cuatro años.
“La compañía que teníamos no priorizaba la rentabilidad. Ahora estamos en un proceso para convertirnos en una de las petroleras más grandes del mundo”, expresó Marín. La estrategia se basa en la reducción de costos operativos, la mejora de tiempos de perforación y un nuevo enfoque de eficiencia financiera. El directivo afirmó: “Nuestro objetivo es ganar plata minuto a minuto”.
Se concretó la primera soldadura del oleoducto Vaca Muerta Sur
Uno de los elementos clave en esta transición es la concentración de inversiones en Vaca Muerta. YPF dejará de operar en áreas convencionales y busca transferir esas áreas a terceros, debido a su baja rentabilidad. La producción no convencional, en cambio, se consolida como el centro de la operación, con mejoras técnicas que redujeron los tiempos de perforación de un año a 170 días, según datos de la compañía.
En materia de downstream, Marín informó una reducción de costos de más de 400 millones de dólares en la refinería de La Plata. También destacó el avance del proyecto de gas natural licuado (GNL), al que definió como un salto cualitativo para la empresa: “En la Argentina no había LNG, no había nada concreto. YPF fue llamada y logró que fuera más grande a escala”.
Horacio Marín: “YPF refuerza su cultura de seguridad con bajos índices de accidentes y un enfoque integral.”
En relación con el mercado de combustibles, el presidente de YPF planteó la necesidad de eficiencia también en los hábitos de consumo y en la logística de distribución. Mencionó como ejemplo la baja demanda nocturna de combustibles: “A las 3 AM el consumo de nafta es bajo, eso no se puede seguir haciendo”.
Respecto a los biocombustibles, Marín solicitó un marco regulatorio equitativo para todos los actores del sector. Reclamó que cualquier legislación sobre bioetanol o biodiésel contemple una participación balanceada de petroleras, automotrices y productores agroindustriales, sin priorizar intereses sectoriales.
El ejecutivo vinculó los avances de la empresa a la coyuntura política actual y al respaldo del Poder Ejecutivo. “Esto también se ha logrado gracias al presidente Javier Milei. Si no tenés un país lógico, no vendés gas”, declaró.
Camiones, petróleo y cuellos de botella: la infraestructura que Vaca Muerta necesita
Las metas a mediano plazo son ambiciosas: Marín proyectó una producción de 2,08 millones de barriles equivalentes por día para 2030, con 1600 pozos activos en Vaca Muerta y un volumen de inversión comparable al de las grandes compañías globales del sector. “La inversión en Neuquén será equivalente a la de los supermajors. Esto es otra compañía y otro país”, afirmó.
La estrategia actual de YPF se concentra en el crecimiento sostenido y la expansión operativa antes que en la distribución de dividendos. Según su presidente, el modelo empresarial apunta a la escalabilidad y a una lógica industrial de largo plazo, comparando la metodología con la eficiencia productiva de empresas como Toyota o Walmart. El mensaje de Marín fue concluyente: “Vamos a ser una compañía de crecimiento, no de dividendos. Vamos a ser una compañía imbatible”.