En medio de una fuerte polémica por el aumento de las dietas de los senadores a más de 9,5 millones de pesos, los senadores de La Libertad Avanza y tres de la UCR renunciaron formalmente al incremento de sus ingresos. La decisión surgió luego del decreto que firmó la presidenta de la Cámara Alta, Victoria Villarruel, que habilita a cada senador a rechazar por escrito el ajuste salarial, tras el último acuerdo paritario con los gremios legislativos.
El caso generó ruido dentro del oficialismo, ya que el Senado convalidó el incremento en contraste con lo que ocurre en Diputados, donde su presidente, Martín Menem, optó por congelar los sueldos. La diferencia de criterio impactó directamente en los montos: tras el enganche con las paritarias de los trabajadores del Congreso, el salario bruto de los senadores se elevó a $9,5 millones, una cifra que encendió críticas dentro y fuera del recinto, incluso hacia la propia Villarruel.
Desde el bloque que responde al presidente Javier Milei, decidieron tomar distancia. En un comunicado oficial, LLA anunció que renunciarán al incremento habilitado por Villarruel: “Desde el bloque de La Libertad Avanza reafirmamos nuestro compromiso con los argentinos”, expresaron, y agregaron: “A nosotros nos votaron para devolver a la Argentina al sendero de la grandeza y, para ello, los primeros que tenemos que poner el hombro somos los funcionarios y legisladores”.
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“Mientras los argentinos están haciendo un tremendo esfuerzo, los senadores de esta Casa no podemos aumentarnos el sueldo”, postularon los senadores, que reafirmaron su compromiso «con los argentinos de bien».
Villarruel busca desligarse de las críticas
El Decreto 344/25 firmado por Villarruel establece un aumento del 1,3% para los salarios de abril y un bono de 100 mil pesos para los trabajadores legislativos, en cumplimiento de lo acordado por los presidentes de ambas cámaras con los gremios APL, UPCN y ATE. Sin embargo, el artículo 3° del mismo decreto habilita a cada senador a rechazar “total o parcialmente” la adecuación de sus dietas, informándolo mediante una nota a Presidencia.
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Esto mismo es lo que pidió la vicepresidente para desligarse de las críticas, no solo de Casa Rosada, sino en general de la sociedad, para que cada senador se haga cargo de si quiere o no actualizar su dieta.
El aumento en cuestión corresponde a un 3,9% acumulado para los meses de marzo, abril y mayo, que se suma al descongelamiento decidido a fines de marzo pasado. Desde entonces, los haberes de los senadores volvieron a quedar “enganchados” al valor de la unidad módulo del personal legislativo, replicando cada suba paritaria acordada por los gremios.
De esta forma, el decreto de Villarruel abrió una vía individual de renuncia al incremento, pero no impidió que el aumento se hiciera efectivo como regla general. La diferencia en el manejo del tema con la Cámara de Diputados volvió a exponer las tensiones internas entre las dos cabezas del Congreso y potenció el desgaste político de la vicepresidente, que ya había sido cuestionada por su rol autónomo frente al Gobierno.
El origen de la disputa
El aumento de un 120% votado a mano alzada en seis segundos y sin exponer los nombres, en abril del año pasado, les valió a los senadores una dura reprimenda de parte del presidente, quien los acusó de ser parte de “la casta” y los criticó por incrementar sus ingresos en medio del ajuste fiscal impulsado desde el Poder Ejecutivo. Sin embargo, las respuestas no se hicieron esperar y protestaron contra Milei por demagogia, ya que parte de los libertarios había votado a favor del aumento y sabían lo que pasaría aquella tarde en el recinto.
Corrientes: Vischi y Valenzuela rechazan incremento de salarios en el Senado
A la siguiente paritaria, apenas un mes después, y al quedar otra vez en el foco de la tormenta por percibir un nuevo aumento, los senadores votaron congelar sus dietas hasta diciembre. Luego, extendieron hasta marzo de este año ese congelamiento, y Villarruel planteó extender esa medida, pero los bloques rechazaron ese pedido y dispusieron un aumento de 7 a 9 millones de pesos. Ahora, con este último aumento, dos meses después, las dietas se elevaron medio millón de pesos más.
Los radicales que se sumaron a la «austeridad» libertaria
Con esa herramienta, la UCR también se sumó a la decisión de los libertarios. Los mendocinos Rodolfo Suárez y Mariana Juri, ambos alineados con el gobernador Alfredo Cornejo, enviaron una carta formal a Villarruel en la que expresaron “la voluntad de que no se apliquen a nuestras respectivas dietas el reajuste implicado y establecido”.
Además, la senadora santafesina Carolina Losada y el porteño Martín Lousteau, también de la UCR, presentaron este miércoles 11 de junio una nota con el mismo fin. De esta manera, son al menos 12 los senadores que ya formalizaron su rechazo al aumento, en una señal política que busca evitar quedar asociados al privilegio salarial en un contexto de ajuste generalizado.
Por su parte, los radicales por Corrientes, Eduardo Vischi y Gabriela Valenzuela, anunciaron este miércoles que renunciaron al aumento de sus dietas. Vischi aseguró que “entendiendo como justo el incremento destinado al personal del Congreso de la Nación, he decidido prescindir de dicho derecho en mi carácter de senador nacional. En tiempos de cambios, que requieren de esfuerzos colectivos, los dirigentes debemos dar el ejemplo y acompañar a los argentinos a transitarlos”.
Senado: una pulseada complicada antes del veto
Por su parte, Gabriela Valenzuela indicó que comunicó a «Presidencia mi decisión de rechazar el aumento en nuestra dieta a partir de la paritaria del personal legislativo».
Entre tanto, PERFIL NEA pudo saber que Carlos Mauricio Espínola dará a conocer su decisión mediante un comunicado junto al bloque que integra.
JD / ML