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viernes, junio 27, 2025

Guillermo Francos. Miente, miente y el sincericidio se asoma

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Según Carl Jung, “el inconsciente puede reservar mensajes esenciales para los oídos que sepan ponerse a la escucha”. Y si escuchamos atentamente a Francos ayer podemos ver que afloro su subconsciente con una frase que no pasó desapercibida: “Cada medida que impulsamos nos va a guiar a un futuro de pobreza”.

El gobierno de Milei tiene una política de ajuste que se asienta en la represión, pero también en un discurso de mentiras, agresiones y odios. Un nuevo modo de hacer política, mentir y decir brutalidades intentando que se instalen esos mensajes. Pero es evidente que aun a estos personajes les aflora la verdad. Sin lugar a dudas, en un escenario de crueldad y mentiras, la verdad y la realidad se impondrá. Veremos cuándo y cómo. Mientras el informe de Francos termino con un escándalo y las tensiones en el recinto derivaron en su intempestiva huida y la postergación del debate.

Escándalo y mentiras que ni se las cree el que las dice

En medio de un contexto político agitado, con un gobierno cercado por los frentes internos y externos, el jefe de Gabinete Guillermo Francos acudió al Senado para presentar el informe de gestión N.º 143. Un informe que comenzó con mentiras y cifras que poco reflejaban de la realidad.

La jornada, habitual intercambio institucional entre poderes, terminó exhibiendo el estado de descomposición discursiva de la administración de Javier Milei. El punto cúlmine llegó con un lapsus, que pareció más una confesión: al cierre de una frase con tono épico, Francos aseguró que las medidas del Gobierno conducen a la Argentina hacia “un futuro de crecimiento y pobreza”. No hubo pedido de disculpas ni enmiendas sobre esa frase que era parte de una argumentación mayor. “Cada una de las medidas que impulsamos en este tiempo establecieron un marco de libertad, orden y confianza que nos va a guiar a un futuro de crecimiento y pobreza”, fueron las exactas palabras del jefe de ministros.   

Su exposición total destacó una inflación mensual de 1,5% en mayo, el nivel más bajo en cinco años, y celebró que “los salarios siguen al alza”. También afirmó que “siete millones de argentinos salieron de la pobreza”, una cifra que ni el INDEC confirmó y que contrasta con el ajuste brutal que sufre la clase trabajadora. Además, justificó todos los recortes en jubilaciones y la cero inversión en obras. Es evidente que todo el informe al tener tantos elementos de ficción o la justificación de la política de la crueldad tenía no solo inconsistencias, sino que iba a tener quiebres o fisuras, y así se dio la frase que admite la pobreza sin ponerse colorado ante la perplejidad de propios y ajenos.

¿Acto fallido o descomposición de la política de la crueldad?

En el marco de un ascenso de la ultraderecha en el mundo polarizado, nos toca la versión argentina caricaturesca e increíble de Milei, un personaje grotesco, mentiroso y por momentos casi demencial. Pero, a pesar de parecer irreal y casi fantasmagórico, es un modo nuevo de hacer política.

Lejos de combatir a la casta, la incluye y genera nuevas capas y formas de casta política con una diferencia abrumadora: no usa un discurso complaciente, sino brutal. Su discurso no esconde que hay que terminar con lo que ellos llaman “privilegios”, y son los derechos que conquistamos en años y nadie nos regaló. Su política brutal pretende terminar con sectores concretos en la sociedad: jubilados, el Garrahan, la salud en su conjunto, las niñeces, la educación, los pobres y trabajadores.

Obviamente, el inicio de su discurso tenía un punto que para la gente era muy sentido, problemas y necesidades no resueltos, y una casta política rica, millonaria, que incluso con un discurso más amable, termina en hipocresía frente a la realidad. Logro convencer a algunos que terminaría con eso, pero rápidamente absorbió a lo peor de la casta política y su ajuste se descargo sobre los sectores más vulnerables ¿Eran privilegiados los trabajadores estatales, los jubilados, los médicos?

Aunque el mayor límite que tiene el proyecto mundial de la ultraderecha, y en especial Milei en Argentina hoy, es la inhumanidad. En otros momentos históricos, procesos similares intentaban dar respuestas en términos de proyecto colectivo. Por supuesto, eran respuestas que tenían los limites del propio proceso y por eso fracasaron. Eran respuestas que no resolvían ni lo pretendían. Quizá el condimento más novedoso de Milei es afirmar que: “soy cruel, me gusta y debo ser cruel”. Sin importar dar respuestas, sin sentir necesidad de darlas. Tal cual un emperador, no hay motivos racionales que argumenten un ajuste brutal sobre los sectores mas vulnerables de la sociedad. Atacando desde los médicos mas prestigiados en el mundo, como son los del Hospital Garrahan, como a niñes autistas, a los viejos que todos los miércoles son golpeados y gaseados ¿Eran esos sectores los causantes de los problemas estructurales de nuestro país? Claramente no, pero por eso la argumentación del gobierno es la crueldad, mienten y dicen que los trabajadores están barbaros, ganan en dólares, pueden vivir con 360 mil pesos, etc. Mienten y además se regodean en el sufrimiento que causan.

Este momento, además de que se caracteriza por la crueldad del gobierno, también tiene el silencio cómplice de los que se callan y dejan correr. Lo que no los hace menos crueles, sino mucho más.

¿Puede la humanidad sostener este proyecto cuándo atenta directamente contra sí misma? Lo puede hacer una humanidad engañada o dormida, pero a medida que se despeja este escenario muchos más se despiertan y ven que es un proyecto que atenta contra nosotros. Nadie quiere cortarse un brazo o sacarse un ojo, aunque le digan que eso hará mejor el rendimiento del Estado. Y si bien, la mutilación hoy es figurativa, avanza esa sensación en la sociedad de una libertad rara para muy pocos sobre el asfixie de trabajadores, niñes y ancianos. Sobre la mutilación de nuestros cuerpos, derechos y necesidades.

Es por eso que más allá de parciales resultados electorales, en el marco de un abstencionismo que debe leerse también; crece por abajo la humanidad de nuestra sociedad, la empatía, la preservación de nuestra propia vida. Y ante eso, las mentiras y la crueldad son difíciles de sostener. Y empieza a surgir la verdad, la verdad en la calle, en la lucha y en la boca de Francos que no puede seguir ocultando el escenario de pobreza, recesión y la caída del consumo generalizado.

Ahora no será solo con descubrir nuestra humanidad ni al otro ni rechazar la crueldad. Será necesario luchar contra ella. Será la movilización y la unidad de todas las luchas la que podrá de verdad terminar con este proyecto brutal. La inhumanidad de ellos será nuestra mejor herramienta, la verdad los dejará desnudos y más temprano que tarde esa fuerza colectiva puesta en organización nos dará las condiciones necesarias de la huelga general hasta terminar con ellos.

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