Como una mueca del destino, los hinchas visitantes vuelven al fútbol argentino en la cancha de Lanús. Precisamente de Lanús era Javier Martín Gerez, el hincha asesinado hace doce años por un policía en el Estadio Único de La Plata que impulsó la decisión de que los partidos se jugaran sólo con hinchas locales. La veda se empieza a romper hoy, cuando Ángel Di María pise el césped de La Fortaleza y salude a los 6.500 canallas que se van a amontonar en la tribuna visitante.
El efecto Di María funcionará como una prueba piloto. Así lo anunció Chiqui Tapia, presidente de la AFA, para que “los clubes que estén en condiciones y quieran recibir público visitante, lo puedan hacer”.
En el predio de la AFA de Ezeiza donde anunciaron la medida, Javier Alonso, ministro de Seguridad bonaerense, fue contundente: “No le podemos regalar el fútbol a los violentos. Es importante que aquellos que manejan cuestiones de violencia no se apropien de las tribunas. La idea no es volver a lo de antes. Hay que cambiar una cultura”.
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Lo notable es que el deseo dirigencial de que haya folclore sin violencia tropieza con la realidad. Según las estadísticas de Salvemos al Fútbol, la única ONG que desde hace casi veinte años lleva registros de episodios de violencia en los estadios, la cantidad de hinchas muertos no se redujo desde que prohibieron el ingreso de hinchas visitantes y los hechos de violencia se incrementaron.
Diego Murzi, sociólogo y vicepresidente de la asociación, aclara que los datos que manejan en Salvemos al Fútbol surgen de relevamientos que hacen en los medios. Esto es: arman la base de datos con lo que se publica, que seguramente no abarque todos los casos de violencia. Sin embargo, como no hay registros oficiales estas cifras son las únicas que se pueden tomar en cuenta para reflejar el fenómeno.
Según la ONG, la cantidad de hinchas fallecidos mantuvo el promedio de poco más de siete por año, pero los episodios de violencia se incrementaron: entre 2006 y 2013 se registró un promedio de 33 casos por año, mientras que a partir de la prohibición el promedio aumentó a 51 casos anuales.
Esta tarde en Lanús arranca un nuevo ciclo en el fútbol argentino. Ciclo al que se asomará una generación entera de hinchas que nunca vivieron un partido con dos hinchadas.
El próximo lunes Chiqui Tapia se reunirá con funcionarios del Gobierno de la Ciudad para intentar trasladar la medida a la Ciudad de Buenos Aires. Tal vez en breve el fútbol se normalice y todos los estadios se luzcan con tribunas pintadas con dos colores.