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miércoles, agosto 13, 2025

Fueron héroes por un día y la mayoría no pudo consolidarse en Primera

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Aquella noche fría del 14 de agosto en la cancha de Vélez ante Argentinos Juniors, a los hinchas de River solamente les interesaba ganar y cortar la racha maldita que los perseguía y que se había convertido en una mochila muy pesada de sobrellevar. Los pibes de la Cuarta División fueron llamados de urgencia ante la huelga decretada por Futbolistas Argentinos Agremiados, cuyos dirigentes reclamaban un nuevo Convenio Colectivo de Trabajo y que se levantase una sanción por dóping que le habían aplicado al delantero Juan Taverna, de Banfield.

Por esos reclamos hubo debates sobre si el torneo debía seguir y si tenían que saltar a la cancha en esa fría noche de jueves pibes de inferiores, amateurs que aún no tenían contrato. Votaron entre esos jovencitos que rondaban en su gran mayoría los 19 y 20 años y solamente uno se inclinó por la postura negativa. Entonces, para los casi 55 mil espectadores de aquel día en Liniers, hubo 11 camisetas con nombres hasta entonces desconocidos. Fueron héroes anónimos los que asumieron la responsabilidad de acabar con ese estigma. Hasta el mítico Angel Labruna, que dirigía al equipo donde brillaban el Pato Fillol, el Mariscal Perfumo, Juan José López, el Beto Alonso, el Puma Morete y Pinino Más, entre otros, le dejó su lugar a Federico Vairo, el entrenador de Cuarta y Quinta, en el banco de suplentes.

La medida de fuerza que se había declarado el lunes se anunció que iba a ser por tiempo indeterminado pero fue exprés y se levantó cuatro días más tarde, el viernes 15 de agosto. En el recuerdo quedaron los nombres de esos 13 pibes que se abrazaron con la gloria, que por un rato fueron estrellas. La mayoría quedó “señalado” como carnero o rompehuelgas, una herida que nunca se logró cicatrizar. Casi todos estuvieron solamente esos 90 minutos ante esa multitud que festejó el fin de la sequía de títulos.

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Finalmente el domingo siguiente en el Monumental ante Racing retornaron los profesionales. Pudo disputarse solamente un tiempo (ganaba River 2 a 0 con los tantos de Alonso, de penal, y Morete) y debió suspenderse por la invasión del público al campo de juego. En ese Metropolitano el conjunto millonario sumó 55 puntos, cuatro más que su escolta Huracán y cinco más que Boca, que culminó tercero.

Cómo le fue a cada uno de esos juveniles

Un repaso sobre cómo siguió la trayectoria de cada uno de esos juveniles, que se abrazaron con la gloria apenas por un rato, permite observar que a la mayoría le costó la inserción y la continuidad en el fútbol profesional.

Alberto Pedro Vivalda: Ya había atajado en el torneo cuando dos fechas antes había reemplazado a Ubaldo Fillol en el empate 1 a 1 contra Temperley. Por eso que aceptara ocupar el arco cayó mal entre los profesionales que estaban en huelga. Fue uno de los pocos que desarrolló una trayectoria extensa. Completó 257 partidos en Primera. Fue arquero en Chacarita Juniors, Racing, Unión de Santa Fe, Platense, Ferro Carril Oeste y Millonarios de Colombia. Afectado por un estado de depresión se suicidó en 1994. Tenía apenas 37 años.

Rodolfo Raffaelli: Siguió en River durante dos temporadas más. Completó con la banda roja en el pecho 28 partidos y convirtió 1 gol en Primera. Su trayectoria se extendió después por Atlanta (81 presencias), Huracán y Banfield.

Orlando Ponce: El primer marcador central solamente jugó en ese partido en Primera. Después no fue tenido en cuenta. Dos años más tarde se fue a Sportivo Italiano. Hasta sus ex compañeros perdieron luego el contacto con él.

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Fernando Zappia: Fue el capitán de aquella noche. Tenía 20 años y lo eligieron entre Labruna y Vairo para usar la cinta. Se quedó en el club pero por la competencia en el puesto le dijeron que empezara a jugar en el lateral derecho. No aguantó más y se fue a Lanús. No le pagaban, la pasaba mal y un empresario lo vio y se lo llevó a Europa. Jugó 12 años allí. Primero en Austria en el Wacker Innsbruck y después en tres clubes de Francia: Nancy, Metz y Lille.

Luis Alberto Jometón: Además de estar esa noche en la consagración disputó otro partido más en River. Luego pasó a Altos Hornos Zapla de Jujuy, pero sin demasiada continuidad. Después estuvo en varios clubes mendocinos, pero siempre en torneos regionales.

Rubén Mario Cabrera: Estuvo en Primera dos partidos más, además de este. Quedó libre y en desarrolló su carrera en Sportivo Italiano. Vistió esa camiseta en más de 200 oportunidades hasta 1983. Pasó por El Porvenir y después por Excursionistas y por dos clubes del exterior, Aucas de Ecuador y Portuguesa de Venezuela.

Héctor Bargas: Siguió en Núñez y alternó en Primera hasta disputar 8 partidos, en total. Emigró en 1981 a Francia y se desempeñó en clubes poco reconocidos internacionalmente.

Rubén Bruno: Se convirtió en el héroe de la jornada por haber marcado el gol del campeonato con la número 10 en la espalda aunque habitualmente era delantero. Luego se puso la camiseta roja y blanca en 10 oportunidades más e hizo otro gol, a Gimnasia y Esgrima La Plata en 1976. Dos años más tarde se fue con el pase libre. Recaló en Los Andes donde no se destacó demasiado y con posterioridad probó suerte en el Huachipato de Chile. Se retiró luego de actuar en dos clubes de Zapala, Neuquén: Unión e Independiente.

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Leonardo Labonia: Ante Argentinos también fueron sus únicos minutos en Primera. Lo dejaron libre, como otros compañeros se marchó a Sportivo Italiano, de allí partió para Italia, donde jugó en el Ascenso, hasta que se retiró. Volvió al país y se dedicó al comercio.

Ramón Gómez: Otro que tuvo solo un partido en la máxima categoría. Se fue a All Boys y en Once Caldas, de Colombia. Trabajó en las inferiores del club.

Francisco Groppa: Su única presencia, la de la noche en Vélez. Siguió en River dos años más. Probó suerte en el ascenso, en San Miguel y en Almirante Brown.

Luis María Giménez: Entró por Groppa cuando faltaban apenas 15 minutos para la consagración. Solo esa vez se puso la casaca riverplatense.

Sergio Gigli. Ingresó por Bargas faltando 30 minutos para el final. En River, en esa sola ocasión. Se fue a Banfield (25 partidos y dos goles).

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