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sábado, junio 28, 2025

Una investigación periodística acorrala al juez Claudio Petris

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El actual camarista de Esquel y máximo representante de los jueces nació en Capital Federal. De 64 años de edad, Claudio Petris llegó a Chubut después de ser meritorio, auxiliar principal, relator y secretario letrado en distintos juzgados de Buenos Aires y de Lomas de Zamora. Luego de un breve paso por la Cámara de Apelaciones de Trelew, rindió como Juez del Juzgado Civil de Esquel (tomando posesión del cargo el 3 de abril de 2001), y luego hizo lo propio para integrar las Cámaras de Apelaciones de Trelew y de Esquel.

Siempre habría dicho que vino a Chubut por un cambio de vida. Pero a los pocos años fue denunciado en el Consejo de la Magistratura por dos abogados locales, quienes preocupados y alarmados informaron una “anomalía institucional”: que esta persona había estado involucrada en un ardid defraudatorio; que por eso había renunciado a su cargo de Lomas de Zamora, y que había ocultado ese dato esencial al concursar.

Por eso en un primer momento no se lo dejó rendir para ser camarista en Trelew, a resultas de lo que se resolviera en la causa penal (“queda la impresión de que hay una historia que no fue contada”, dijo un miembro del Consejo de la Magistratura en ese entonces).

Pero, felizmente para Petris, esa causa prescribió y pudo presentarse nuevamente para concursar, ganando el cargo que ostenta en la actualidad en la ciudad de Esquel, donde fue puesto en posesión del mismo a partir del 23 de febrero de 2010.

LA CAUSA

El medio www.chubutonline.com pudo acceder a detalles de aquella causa (N° 577.538) y de la denuncia que se efectuara en el Consejo de la Magistratura del Chubut (Expediente 69/04). Lo que surge de ellas referidas al actual presidente de la Asociación de Magistrados es verdaderamente alarmante, sostiene.

El denunciante indicó: “al parecer el Dr. Claudio Petris, en forma paralela a su trabajo de Secretario, se hacía pasar por intermediario y/o abogado y realizaba, como en este caso, divorcios. La Sra. M. le entregó el dinero al Dr. Petris otorgándole éste a posteriori el oficio y testimonio que se ofrecen como prueba. Es decir que mientras el mismo trabajaba como secretario, presuntamente a la vez y a la par, hacía divorcios, sucesiones, etc, como un abogado particular, presumiblemente cobrando a cambio de tales gestiones y entregando a las partes para cubrir su accionar, el testimonio de las hipotéticas sentencias, testimonios y oficios pertinentes que solo eran suscriptos por él mismo, habiendo con ello establecido presuntamente una realidad jurídica inexistente”.

Sigue contando el denunciante que en su caso particular Petris habría confeccionado un testimonio para inscribir su divorcio de un expediente que no existía, que por eso le cobró U$S 7.000, y que “el denunciado habría efectuado la misma maniobra en el presunto dictado de una declaratoria de herederos, conducta que sería investigada en la causa Nº 55406/04”. Todo esto fue corroborado con los testimonios de los empleados del Juzgado. Por ejemplo, una testigo dijo: “por lo que sé (el divorcio) no existió, yo escuché que no existía ni el expediente ni las partes en todo el departamento judicial de Lomas de Zamora; de la sucesión él me pidió un formulario para redactar la declaratoria de herederos y luego quería que Gisella lo registrara, porque quería que coincidiera el número porque ella tenía la letra y era la que registraba las resoluciones”.

ACCIONES TURBIAS

El sitio www.chubutonline.com sostiene en la investigación que ya en Esquel el juez Petris habría utilizado su cargo para codearse con gente de poder, escalar posiciones (su anhelo siempre fue llegar al Superior Tribunal) y ensanchar su patrimonio. Pero también para prometer y dar empleos a diestra y siniestra y cobrar después de distintas maneras por esos favores.

Tenemos varios casos registrados. Uno particular y ejemplificativo es el que ocurrió con un inocente muchacho NN que entrevistamos (mantenemos su identidad oculta por razones de protección), con quien habría tenido una relación sentimental. Aprovechando su situación de vulnerabilidad económica y social, lo habría sometido de diversas maneras y lo habría utilizado de testaferro colocándole un vehículo a su nombre, ofreciéndole casa y prometiéndole trabajo.

El joven, cuando se dio cuenta que estaba siendo manipulado para algo muy raro, habría pedido que lo sacara inmediatamente de esa situación incómoda de la que nunca había querido ser parte. Petris habría tardado años en pasar la titularidad del automóvil a otra persona. Ante los reclamos, lo habría echado del departamento que le prestaba, y al poco tiempo también habría perdido su trabajo.

Años más tarde, y luego de seguir siendo incesantes los reclamos de la víctima (porque todavía seguía figurando como titular registral del vehículo), finalmente Petris habría procedido a realizar la transferencia del rodado.

Este muchacho al que Petris habría hecho figurar como propietario del automotor, ni siquiera sabía qué le había hecho firmar. Y no sólo eso: no sabía conducir, no tenía capacidad económica para comprar un vehículo de ese valor, no le interesaban los vehículos, y nunca habría sabido quién era el dueño anterior ni a quién se lo transfirió posteriormente.

Tampoco esta persona pagaba los services del vehículo, ni las patentes, ni el seguro automotor. Y, como broche de oro, Petris habría tramitado una tarjeta azul a su propio nombre para conducir el automóvil el mismo día en que se transfirió el vehículo a la víctima.

Este es el relato de la situación que hizo la persona que habría sido utilizada como testaferro en contra de su voluntad por parte del juez Petris.

La investigación paralela realizada por el citado medio confirmaría todo lo declarado por el testigo directo en su entrevista. El vehículo era un Mini Cooper de propiedad del famoso futbolista Aldo Pedro Duscher; fue puesto a nombre de nuestro entrevistado el 27 de marzo de 2017; en esa misma fecha se habría otorgado una tarjeta azul a favor de Petris, y el 28 de diciembre de 2022 fue transferido a favor de la hija del juez, Antonella Petris Gallelli.

¿Por qué se habría puesto a nuestro entrevistado de prestanombre? Dos son las hipótesis que está investigando este medio. La primera, que se habría hecho para evadir impuestos o bien para lavar fondos provenientes de actos poco transparentes (o un posible enriquecimiento ilícito). La segunda, más fuerte, vinculada a una causa que le tocó resolver al propio Petris. El magistrado tendría una relación de amistad con la estrella de fútbol internacional. Cuando éste tuvo un problema legal con su ex mujer, Petris habría intervenido como juez en esa causa y, sin excusarse pese a su relación personal, habría fallado a favor de Duscher, incluso en acciones posteriores por reclamos de cuotas alimentarias. Podría, entonces, tratarse de un pago por esos favores. Las coincidencias son muchas.

Y hay más: aparentemente también habría existido un segundo vehículo, una camioneta Volkswagen Amarok, que también habría pertenecido a Duscher y que también habría estado por mucho tiempo en poder de Petris en Buenos Aires; hecho que seguiremos investigando.

IRREGULARIDADES

En realidad favorecer a amigos, a personas vinculadas o a políticos en las causas en las cuales les habría tocado intervenir, para devolver o pedir favores, sería –según afirmaron distintas fuentes bajo condición de anonimato- moneda corriente en el actuar de este funcionario.

Por ejemplo, se dice que el pavimento o adoquinado de su casa no lo habría pagado y que este hecho tendría relación con una causa sucesoria muy importante que tramitó en Esquel y en la cual él habría tenido que participar por un tema de la tasa de justicia. No tenemos mayores datos todavía así que no podemos dar ninguna afirmación al respecto, pero también lo estamos investigando, sostiene el sitio www.chubutonline.com

Pero sí nos consta que en un amparo judicial habría beneficiado a quien no sólo sería su médico personal en Esquel, sino también quien le habría otorgado certificados médicos de su padre, que vivía en Buenos Aires, para que el magistrado pudiera tomarse licencias.

Más allá de lo de los certificados, según nos hemos asesorado, aquí tampoco el magistrado tendría que haber intervenido en ese expediente, por la vinculación que tendría con una de las partes.

Y es más: las licencias también serían un tema controvertido del máximo representante de los jueces en Chubut.

Se comenta, al respecto, que su presencia en su público despacho sería escasa; que viajaría a Buenos Aires permanentemente; que a veces vendría los lunes a la tarde o los martes pero que en los registros aparecería como trabajando los días lunes a la mañana, y que muchas causales por las cuales ellas habrían sido solicitadas tales licencias no serían del todo ciertas.

Si bien tampoco no nos fue posible confirmar ni descartar tales comentarios, se entiende que los organismos de contralor competentes cuentan con las herramientas necesarias para llevar a cabo las verificaciones pertinentes.

PATRIMONIO

A partir de que este medio -anteriormente conocido como “Chubut.org”- realizara notas sobre irregularidades en el Poder Judicial de Chubut, comenzamos a recibir información significativa vinculada con este personaje de distintas fuentes anónimas que nos hizo dedicarnos de lleno a su investigación. Todas indicaban lo mismo: promesas de empleo, cobro de favores y, sobre todo, un acrecentamiento importante del patrimonio del máximo representante provincial de los jueces.

Por eso también, direccionamos la pesquisa sobre este punto, y los resultados fueron igualmente pasmosos: Petris sería propietario de una gran cantidad de inmuebles y vehículos que a “prima facie” no estarían de acuerdo con sus ingresos declarados, ni con herencia alguna. Algunos de aquellos, inclusive, estarían a nombre de sus hijos u otros familiares que tampoco, en principio, habrían tenido suficiente capacidad económica para comprarlos.

En Capital Federal, concretamente, desde que llegó a esta ciudad, Petris tendría relación o sería titular de, por lo menos, ocho inmuebles. Y en Esquel tendría por lo menos otros dos o tres más (en realidad el número sería mucho mayor, pero todavía no pudimos cotejar otros datos obtenidos), entre ellos su mansión en el barrio exclusivo de Villa Ayelén (aunque el terreno habría figurado como comprado por su ex pareja y su hija, con beneficio de usufructo a su favor).

En cuanto a los vehículos, además del Mini Cooper que inscribió a nombre de su hija, tendría también una camioneta Nissan Frontier, un Renault Fluence, un Toyota Corolla Sport y una moto Zanella FX 90.

A nombre de su madre o de su hija figurarían, además, un inmueble en el Barrio Covitur y otro en la calle Mitre y Roggero de Esquel. Sin embargo, según averiguaciones realizadas, él cobraría el alquiler correspondiente de por lo menos este último, por tener el usufructo vitalicio. El cobro de los alquileres estaría a cargo de un empleado judicial que también habría sido beneficiado por Petris a través de un fallo, y siempre sería en efectivo.

El manejo de dinero en efectivo sería la forma de evitar dejar rastros.

Otro caso nos llamó la atención: en 2020, cuando Petris puso a la venta un vehículo SUV Chery Tiggo modelo 2015, lo hizo a través de una persona que lo publicó en las redes sociales. Al ofrecérsele comprar el vehículo por el precio publicado (más alto que la media) y sin pedir rebaja alguna, la operación estuvo a punto de concretarse hasta que el comprador habría indicado que quería pagar mediante transferencia bancaria. Al día siguiente la persona intermediaria informó que había hablado con el dueño y que no estaba “del todo convencido de venderla xq no encontró nada aún para comprar”. Una posible excusa, según el interesado en la compra. La operación se abortó.

En cuanto a otros vehículos, su hijo -no obstante no figurar con trabajo o ingreso alguno en los organismos pertinentes- aparece como titular de un Chevrolet Astra adquirido en el 2022, mientras que su hija, a pesar de ser bastante joven también, tendría también otros vehículos además del mini cooper indicado anteriormente (un Etios 2021 y un Corolla Sport 2023).

Y es más: hace poco tiempo, inclusive, habría adquirido junto con su hermano un nuevo inmueble en pleno centro de Esquel, pero aquí también hay un dato recurrente: la compraventa se habría efectuado con beneficio de usufructo vitalicio a favor de Claudio Petris.

Según expertos consultados, esa maniobra sería característica de una clara simulación por interposición de personas, que consiste en la inserción de un intermediario ficticio en una relación jurídica que surge o está destinada a realizarse entre otras personas. Su función real sería la de ocultar la personalidad del verdadero adquirente.

Y también hay otro dato llamativo: en una escritura realizada figuraría que sus parientes directos no se encontrarían incluidos o alcanzados dentro de la “Nomina de Personas Expuestas Políticamente” de la UIF, algo que sería totalmente falso pues tratándose de hijos de un magistrado son “personas expuestas políticamente por parentesco o cercanía”.

De igual forma, y conforme datos recabados en los registros públicos, Petris -tal como

lo hizo con el Mini Cooper- también tendría cédulas azules en algunos vehículos de titularidad de terceros, para poder circular con los mismos. La siguiente imagen muestra que un vehículo Toyota deportivo está inscripto a nombre de su hija, pero con cédula azul se encuentra a su nombre.

Además, sería también propietario de una imponente embarcación, la cual muchas veces estuvo en su propiedad de Villa Ayelén, aunque otra fuente nos informó que también habría estado amarrada en el Club Esquel de Pescadores.

Pero el tema tampoco terminaría aquí. A pesar de la cantidad de inmuebles que tendría, éstos no estarían denunciados en ARCA (ex AFIP), como así tampoco pagaría el Impuesto a los Bienes Personales por ellos, ni el Impuesto a las Ganancias por los alquileres que le devengarían los mismos.

Según la Constancia de Inscripción de dicho organismo, Petris “no registra impuestos activos”, y según averiguaciones realizadas únicamente se habría inscripto en el organismo fiscal en el período 03/02/2018 a 09/02/2019 (aunque sólo en la categoría “locaciones de servicios”, es decir, no como locador de inmuebles).

O sea que podríamos también estar en presencia de conductas de evasión tributaria, algo totalmente impropio de un magistrado judicial.

MIEDO

El complejo tejido de poder que Petris habría logrado imponer durante más de dos décadas habría sembrado terror en su entorno. La imagen de impunidad le habría dado vía libre para manejarse sin freno alguno y sin recapacitar en consecuencias. En el ámbito judicial, los mismos abogados le temen y los empleados judiciales callan. ¿Qué puede esperarse entonces de aquellos que ven estas gravísimas irregularidades desde afuera del mundo judicial? Tal es el caso de la víctima que hemos entrevistado, quien nos explica los motivos por los cuales nunca habría denunciado todas las situaciones sufridas: “Uno sabe que no tiene chances si él está en la causa”, dijo un abogado que pidió reserva de identidad. “No juzga: decide según a quién le conviene”.

Fuente: www.chubutonline.com

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